La botellita con los chicos de Bleach

La botella se detiene, y tú observas con algo de miedo a la persona que te tocó besar: Gin Ichimaru, el extraño shinigami de ojos rasgados. Tú te levantas con algo de miedo y caminas hasta el centro del círculo donde él te esta esperando con una mirada... ¿livinidosa? No puedes descifrarlo bien...
Finalmente llegas al centro del círculo, luego de caminar unos 3 metros, que te parecieron 3 kilómetros. Tú, sinceramente no quieres hacerlo pero no tienes otra elección ya que nadie te obligó a jugar a éste juego y ya sabías de antemano que podría pasarte esto, así que afrontas el resultado como niña buena y te decides a besarlo y marcharte de nuevo a tu lugar. Vas acercando tu cara lentamente a la de él, y te detienes a medio camino para que él acerque la suya la otra mitad que falta. Tú mantienes los ojos cerrados esperando sentir lo que sería un beso, pero en vez de eso, sientes como dos fuertes brazos te aprisionan por los costados de tu cuerpo y te pegan al cuerpo de él. Abres tus ojos y descubres que él te estaba sujetando con una fuerza sobrehumana. No tanto como para aplastarte pero sí como para no dejarte escapar. Tú intentas que te suelte, pero él no se inmuta ante tus esfuerzos. Él de pronto te besa en los labios e intenta profundizarlo con su lengua, pero tú no lo dejas, ya que mantienes la dentadura cerrada con la mayor fuerza posible. Entonces él, al ser rechazado decidió vengarse y no solo lamió tus labios, sino que comenzó a darte besos sobre el costado derecho de tu cuello y continuó bajando hasta tu hombro. Tú comenzaste a desesperarte, pero era inútil ya que no podías zafarte. De repente él se detuvo. Cuando miraste en su cuello tenía la hoja de una afilada zanpakuto apunto de cortarle la yugular, así que él te liberó y viste que el dueño de esa zanpakuto era Renji Abarai. Tú de vuelta a la realidad, decidiste irte de ahí lo más rápido que te dieran las piernas, pero antes de eso, algo te recordó que tu orgullo de mujer era más importante, así que volviste al centro del círculo y le plantaste una terrible bofetada en la cara a Ichimaru. Luego de eso, volviste a tu lugar y el juego prosiguió con naturalidad. Bueno... por lo menos no puedes negar que no fue emocionante... para la próxima vez espera algo menos fuerte, ya que por hoy te has agotado.

Shūhei Hisagi



La botella se detiene a los pies de... Shūhei Hisagi, el sincero shinigami del 69 en la mejilla. Él te mira directamente y tú inexplicablemente te ruborizas, y bajas la mirada. Él se ríe y se pone de pie para ir a caminando hasta el centro del círculo. Tú también vas. Una vez los dos allí, él te toma la mano y te da un beso en el dorso de ella. Tú te pones más roja que un tomate, y aunque quieras disimularlo no puedes. Él se pone a tu altura, te mira fijo y te dice que cierres los ojos. Tú obedeces, con algo de desconfianza. Luego sientes como una mano levanta tu mentón con mucha suavidad y como unos cálidos labios te besan en la boca. Cuando el beso terminó tú tenías más colores en la cara que el arco iris. Luego él te dedica una sonrisa, te hace una reverencia caballerosa y se va a sentarse en su lugar. Tú también vuelves a tu lugar pero en modo robot de tanto nervio que tienes encima. Esta sin duda ha sido una de las experiencias más agradables de tu vida. Esperemos que la próxima ronda también sea igual de agradable.